Hoy 8 de marzo es el Día internacional de la mujer. Aún estamos al principio del camino para conseguir una
igualdad efectiva, real y no sólo en el papel sino en todos los aspectos de la sociedad.
Como dijo Lao-Tsé: “un viaje de diez mil millas comienza con un paso”. Hace años que comenzamos ese
viaje pero aún nos queda un largo recorrido. Larga es la espera, largo es el camino para eliminar
discriminaciones en nuestros puestos de trabajo, conseguir nuestras aspiraciones a ocupar cargos de
responsabilidad, y a ser acompañadas en el viaje de la corresponsabilidad en los cuidados de nuestros hijos
e hijas y nuestros mayores. Unidas, y también acompañadas de aquellos hombres que se unan a nosotras,
lo conseguiremos.
La pandemia ha evidenciado, aún más si cabe, las discriminaciones que soportan las mujeres a diario. El
trabajo de las mujeres es, en muchos casos, poco o nada valorado. Sin embargo, ha tenido que hacer frente
a empleos precarios, muchos de ellos en primera línea de batalla contra ese virus que muchas y muchos
sentimos que nos está robando algo más que nuestros seres queridos.
Porque sí, y esto es una realidad, muchos de los servicios que se han considerado esenciales durante esta
pandemia son ampliamente ocupados por mujeres: trabajadoras de la limpieza, auxiliares, enfermeras, en
general servicios sociosanitarios, trabajadoras de supermercados, de servicios de telecomunicaciones, de
ayuda a domicilio, servicio doméstico etc.
La mayoría de las mujeres de este país ha tenido que asumir durante la pandemia el cuidado de parientes
dependientes, menores y personas mayores. Y aún a día de hoy. Porque esto no ha acabado.
La violencia de género se agravó durante la crisis sanitaria. Y la pobreza se ha incrementado notablemente,
afectando de nuevo a colectivos más vulnerables ampliamente ocupados por mujeres.
Persisten grandes desigualdades estructurales en los puestos de trabajo que provocan la permanencia de
brechas de género en el empleo. Las tasas de actividad, ocupación, paro, retribuciones y asunción de
responsabilidades familiares, representan brechas de género muy importantes. La feminización del trabajo
a tiempo parcial, reducciones de jornada, el trabajo de cuidados y la mayor precariedad en el empleo de
las mujeres, continúa siendo una realidad.
Es necesario derogar la reforma laboral. Es necesario trabajar en políticas de igualdad. No sólo en los
centros de trabajo, sino en todas las facetas de la sociedad.
Los datos de la discriminación son los siguientes:
- La tasa de actividad femenina es 10.7 puntos inferior a la masculina en 2020
- Las mujeres constituyen el 57.66% de la población inactiva en España en 2020. Eran mujeres el 93.20% del total de personas inactivas que no buscaron empleo por motivo de dedicarse al cuidado de menores o adultos enfermos, personas con discapacidad o mayores en 2020.
- El 88.90% de la población inactiva que dejó su trabajo en los tres últimos trimestres de 2020, por cuidado de menores, de mayores o de dependientes, eran mujeres.
- La población ocupada femenina sigue siendo muy inferior a la masculina. La brecha se sitúa en 8.62 puntos y son el 52% de las personas incluidas en ERTES.
- Persiste la segrecación ocupacional de las mujeres que se concentran en tres ramas de actividad, principalmente: sanidad, educación y otros servicios.
- El empleo a tiempo parcial sigue siendo un factor fundamental en la precariedad y desigualdad de género. El 74.03% del empleo a tiempo parcial es femenino.
- Desciende el número de mujeres ocupadas en todas las ramas de actividad, las más afectadas la hostelería, educación y empleadas de servicio doméstico.
- El paro de las mujeres sigue superando al de los hombres en 3.55 puntos. Casi el 80% de los desempleados que declaran como causa de estar en paro al cuidado de menores u otros familiares enfermos, son mujeres.
- La brecha salarial entre mujeres y hombres es del 21.41%. Ganan 5726.30 euros de media anual menos que los hombres. Asciende hasta un 23.3% cuando tienen un contrato indefinido.
- Las mujeres asumen los permisos no retribuidos para cuidados familiares en mucho más porcentaje que los hombres.
- ¿Por qué no iguales? Porque el sexismo sale barato.
- En el mercado laboral: los empresarios/as se ahorran 44.000 millones de euros al año en sueldos -el 3,6% del PIB de 2018-
- En el hogar: las mujeres asumen la mayor parte de la carga de trabajo, la corresponsabilidad es deficiente.
- En los cuidados: 9 de cada 10 mujeres solicitan permisos para cuidar a personas dependientes, menores o personas mayores, personas con discapacidad. El trabajo de cuidados no pagados representa más del 10% del PIB
- En la economía: porque no se destinan, y se ahorran, los recursos necesarios para desarrollar políticas públicas que soporten.
- Las empresas tienen que cumplir la Ley y el Gobierno hacer que la cumplan.
Por ello, hoy 8 de marzo, sigamos dando pasos, sumando millas a ese viaje